Tachenko comienzan su año de conciertos en su querida Galicia. El jueves 13 en La Casa de Arriba (Vigo), el sábado 15 en Ourense en el Café&Pop Torgal (anticipada a la venta en ticketea o en el mismo Torgal); y el domingo 16 en Bueu (Aturuxo). Con estos tres, terminan la tanda de conciertos electroacústicos. Los siguientes ya serán con la banda al completo:
Jueves 20 de febrero en Donosti, Bukowski (entradas); Viernes 21 de febrero en Pamplona, Subsuelo (entrada libre); Sábado 22 de febrero en Bilbao, Azkena (entradas); Jueves 27 de febrero en León, El gran café (entradas); Viernes 28 de febrero en Salamanca, Irish Rover (entradas); Sábado 1 de marzo en Valladolid, Porta Caeli (entradas); Viernes 7 de marzo en Castellón en la Sala Sónico, Sábado 8 de marzo en Murcia, 12&medio (entradas), Viernes 28 de Marzo en Coruña, Mardi Gras (entradas); Sábado 29 de Marzo en Ferrol, Super 8 (entradas)
Tachenko cierra 2013 con un LP en primavera y un EP al final del otoño, que acarreará gira nacional en el arranque del nuevo año. Una vez más, melodías perfectas, letras acuciosas y pop de altos vuelos con un amargo dulzor en el ‘aftertaste’.
Tachenko se mete en un berenjenal interesante, y no es la primera vez: un EP poco después de un álbum de larga duración. Son cinco canciones: tres de las sesiones de El amor y las mayorías, que salió la pasada primavera, una revisitación de Sí, claro y una brillante versión (brillante y diamantina) de He’d Be A Diamond, de sus admirados Teenage Fanclub. En este paquete de temas se refuerza la paradoja característica del grupo a la hora de mezclar letras demoledoras con melodías alegres: la escucha serena revela aguijonazos propinados con pequeños rayos de luz. Con La fuerza sexy, lidia además con nuevos tiempos y compinches: con Libi García, de Picore, y Rafa Domínguez, de Guisante, más unidos que nunca a una banda con la que siempre hubo conexión personal. Vinadé, Sebas y El Negro Luna (Edu Baos maneja su tiempo con las nuevas exigencias de León Benavente) continúan jugando con maestría al juego del directo, en el que probablemente sea el momento más redondo de su carrera escénica. Y están los hits, claro; esas canciones que Tachenko ya ha baqueteado durante años, y que siguen oliendo a tapicería nueva.