El personalísimo pop de autor de Abraham Boba deja de lado los ambientes jazzísticos y de swing para dar la bienvenida a un pop de salón que lo emparenta con Scott Walker, el Cohen de Death of a Ladies Man o Richard Hawley; aromas que se cuelan en sus composiciones gracias a la escucha en profundidad de clásicos como Elvis Presley, Gene Vincent o Nina Simone, pasando por Dylan o Neil Young y llegando hasta contemporáneos como Bill Callahan, Will Oldham o Kurt Wagner. También hay acercamientos al gospel (“Siete veces”), y hasta guiños a la música clásica (“Caballo y Rey”, con el contrapunto en la voz de Laura Gómez). Sin referentes españoles, es difícil encontrar paralelismos en sus contemporáneos, aunque los artistas más cercanos a la hora de entender lo que es una canción serían Nacho Vegas y Julio de la Rosa, quien colabora en el disco con su guitarra en «La Vigilia».
Nuevos retos y nuevas miras en este segundo álbum, en el que de nuevo las letras marcan la diferencia y cumplen un papel esencial, ahondando en su papel de retratista de la sociedad que le ha tocado vivir, capaz de fundir reflexiones sobre lo que representa (o gustaría representar) con la huella de las relaciones y la crítica al conformismo vital.
Elegido uno de los discos favoritos por los lectores de Rockdelux.
7º Mejor álbum del año, revista Go.
4º Mejor álbum del año, Heineken Música
«La educación», 5ª mejor canción del año, Rockdelux.
«Hay estatuas aquí», 7ª canción del año, revista Go.
«Que la vida es una experiencia extraña es algo que nos han dicho mil veces. Pero si lo dice la voz apropiada con las palabras correctas y la música exacta, lo extraño cobra sentido. Boba tiene ese don. Canta como un escritor y atrapa en versos emociones que no se pueden explicar de otra manera. Podemos añadir que recuerda a Tindersticks o a Aute, pero para una vez que sale alguien así, mejor no andarse con rodeos: este tipo es inmenso.» Rafa Cervera, El País.