Verano fatal, publicado en 2007, es el resultado de la colaboración entre Nacho Vegas y Christina Rosenvinge, dos figuras esenciales de la música en español que, a pesar de sus trayectorias aparentemente dispares, comparten una conexión profunda que este disco se encarga de explorar. Este proyecto, largamente soñado por ambos artistas, tomó forma gracias a su participación en el festival itinerante Rockdelux Music Weekend de ese año y al apoyo del sello Limbo Starr, que lo hizo posible.
El álbum fue compuesto en Gijón y grabado con urgencia e intensidad durante un par de semanas frenéticas. El resultado son siete canciones que oscilan entre el rock contundente con riffs y voces distorsionadas y la balada acústica más intimista. En este juego de contrastes, Nacho y Christina intercambian roles: él adopta una voz femenina, y ella, una masculina, en un ejercicio que los acerca más a sus propias esencias artísticas. O como ellos mismos lo describen: «un duelo entre caballeros», cada uno con su propio escudero. Xel Pereda, además responsable de la grabación, acompaña a Nacho, mientras que Christina cuenta con Charlie Bautista. Completan la formación el habitual batería de Nacho, Manu Molina, y el bajista asturiano Luis Rodríguez.
Las letras, marca distintiva de ambos artistas, destacan por su lirismo y profundidad, salpicadas de humor inteligente, autorreferencias y guiños a sus respectivas trayectorias. Cada canción parece un fragmento de una conversación privada, una invitación al oyente a ser testigo de un diálogo íntimo que combina honestidad y complicidad. Este intercambio da lugar a un ambiente magnético, como si cada tema fuese una postal sonora de un Verano fatal, un disco que estamos enormemente orgullosos de haber editado y que captura a la perfección la unión de dos universos artísticos únicos.