Tachenko: «No nos gustan las decisiones que se toman en nombre de una mayoría abstracta»
El grupo de Zaragoza presenta el jueves 6 de junio, en la sala El Sol de Madrid, su quinto álbum, «El amor y las mayorías»
Ya no vale la indiferencia. Al menos es lo que parece concluirse del quinto disco publicado por Tachenko. El pop de la banda zaragozana, que siempre se ha destacado por sus letras cuidadas con mimo, se interna en los terrenos de la cruda realidad con «El amor y las mayorías». Con él demuestran, en cualquier caso, que continúan siendo uno de los pilares de la música en español.
-El amor y las mayorías, dos términos que no es habitual ver juntos, la verdad. ¿Cómo acabaron uno frente al otro?
Siempre nos ha gustado darle un par de vueltas a las letras y a los títulos, para acabar juntando conceptos que aparentemente no tienen demasiado que ver. Al final, en cierta manera, a partir de esas asociaciones surgen significados nuevos que le acaban dando sentido al conjunto. Acabamos sacando provecho del sinsentido…
-El concepto de mayoría creo que, además, os ha hecho reflexionar especialmente. ¿Alguna conclusión?
Sencillamente, no nos gustan las decisiones que suelen tomarse en nombre de una mayoría algo abstracta, algo confusa… Preferimos pensar y actuar a nuestra manera.
-Puede que este disco y vuestro directo vienen a decir que estamos cabreados pero eso no nos va a quitar las ganas de pasarlo bien (quizás por un sonido que resulta más optimista que las propias letras).
Sí, el contraste entre las melodías y las letras es fundamental. Pero no sabemos componer de otra manera: somos un grupo de pop, y la melodía es muy importante para nosotros. No salimos al escenario a sufrir, que para eso ya hay tiempo en la vida. Las letras se escriben en casa, cuando se está más recogido… Y la canción acabada, con todo el grupo implicado, tiene un carácter más festivo.
«No salimos al escenario a sufrir, que para eso ya hay tiempo»
-¿Se echa de menos una banda sonora a esta corriente de descontento?
Más que una banda sonora, cada uno ha de aportar su punto de vista, si lo cree oportuno. A nosotros nos ha salido así, pero ha sido algo muy puntual.
-¿Hay esperanza para el «Mundo apache» (título de una de las canciones)?
Esperemos que sí. Al final, todo funciona por ciclos y por rachas. Lo de los apaches, de todas formas, no deja de ser una metáfora de la gente que resiste: pero no solo en el ámbito económico; es algo que se puede extrapolar a cualquier tema.
Cuidado con los arreglos
–En este disco hay una orientación nueva en las letras. ¿Y en la música? ¿Qué ideas tenías respecto al sonido?
Nunca nos hemos planteado grandes rupturas con respecto a los discos anteriores… Sí que hay un abanico más amplio de estilos: alguna canción con programaciones, otras más psicodélicas, alguna más -según han dicho- de «cantautor» de los sesenta y setenta, una instrumental… Queríamos un disco muy cuidado en los arreglos, eso sí.
-¿Cuál ha sido la principal aportación de Rafa Domínguez? (aparte de las cervezas que he leído por ahí que os compraba).
Lo de las cervezas ha sido lo de menos, je je… Estuvo en el proceso de grabación desde el primer día, incluso participó a la hora de estructurar las canciones. Y además de producir el disco, actuó como un Tachenko más: ha sido un nuevo compañero de viaje.
-¿Cómo se están viviendo estos duros tiempos dentro del del pop indie español?
Ahí es donde entra en juego lo de los «apaches»: ahora cada grupo ha de resistir como pueda, porque es complicado sobrevivir. Lo que pasa es que nosotros siempre hemos tenido los pies en el suelo, y estamos entrenados para resistir. Somos de Zaragoza. Con nosotros lo van a tener complicado.
«Somos de Zaragoza, y estamos entrenados para resistir»
-Por cierto, ya que ha salido, ¿qué pensáis a estas alturas del término «indie»?
Que sigue vigente, aunque sea algo denostado. Nuestra discográfica, Limbo Starr, es 100 por 100 independiente: hacen y dejan hacer, sin depender de nadie. Lo que nos convierte también en un grupo independiente.
-Pasan los años, y gente de vuestra generación continúa al pie del cañón haciendo grandes discos, como vosotros o Julio de la Rosa. ¿Se han ido incorporando nuevas generaciones a vuestro público, o cuesta más llegar a ellos?
Sí, sí, se van incorporando. Evidentemente, la gente que ha estado ahí desde el principio, los «fans» de base, son lo que hacen posible que podamos ir a tocar a cualquier lado. Pero el público tiene que seguir creciendo…